La Condesa de mi Alma
Por Tetsu Hana
Me preguntas que ¿cómo fue?... Bueno si en verdad te interesa conocer mi historia, será mejor que te sientes, me tomara un poco de tiempo contártela, después podrás decirme si aun crees que soy buena “persona”.
Era un atardecer de verano y las nubes cubrían el cielo como un velo silencioso que ocultaba una noche amarga que estaba por llegar, una lluvia intensa había bañado la ciudad horas antes, así que el olor a tierra mojada era intenso.
El escenario era un paisaje desolado y muerto, a lo lejos las sombras que proyectaba el escaso sol del horizonte, mostraban una casa desvencijada, vacía y deprimente, un poco caída, derrumbándose en algunos lugares, estaba hecha de paredes que alguna vez fueron de un azul intenso pero ahora solo había manchas de humedad y erosión en ellas, las ventanas eran austeras y a través de ellas se veían unas cortinas sucias y desgajadas, con una puerta destrozada y semi abierta, la pura imagen de la casa era lúgubre y cualquiera con un poco de sentido común no entraría por nada del mundo ahí.
Un escalofrió recorrió mi espalda, sabia que había algo tenebroso en ese lugar pero mi curiosidad era mucha, entre y de inmediato note sus terribles y siniestros rincones, a los ojos de cualquiera la casa podría ser un lugar normal, algo viejo y gastado, pero yo sabia que algo horrible había sucedido ahí, las manchas rojas oscurecidas de las paredes y el piso mostraban un pasado violento en su interior, mi instinto me incitaba a salir de ahí, pero algo me lo impedía, sabía que el chico al que había seguido hasta ese lugar estaba en alguna parte de esa casa, y pensé tontamente, que no podía dejarlo en un lugar tan horrible.
Tristemente estaba muy equivocada con respecto a ese chico, él me había llamado la atención desde el primer momento que lo vi, con sus ojos verdes tan intensos y cristalinos que me pareció que ya los había visto antes, aun que no sabia o recordaba donde, con su cuerpo delgado y estilizado, pero con la musculatura marcada, se notaba que ese chico hacia ejercicio y tenia buena condición, corría mucho, esa tarde lo vi pelear con otros chicos y vi que sangraba de la boca y la mejilla, me acerque para ayudarlo pero él solo se hecho a correr, corrí tras él y así fue como llegue a esa casa tan tenebrosa.
Miré las escaleras de la casa, estaban rotas en algunos escalones y el barandal brillaba por su ausencia en algunos tramos, se notaba que hacia años que nadie vivía o habitaba ahí, con cautela, mucho cuidado y tratando de hacer el menos ruido posible; pues la casa me asustaba bastante, parecía que me miraba a través de sus paredes, de esos cuadros que alguna vez mostraron paisajes, naturalezas muertas o retratos pero que ahora solo eran pedazos de lienzos manchados de tintas, y además sentía una sensación de frío muy extraña, a pesar de que era verano, esa casa parecía un congelador; subí por las escaleras, llegue a la segunda planta, un pasillo se mostraba frente a mi enmarcado por puertas a sus lados, camine con lentitud, pero la madera podrida chillaba y rechinaba bajo mis pies con cada paso, llegue a la primera puerta tome el picaporte y trate de abrir pero estaba cerrada, avance a la siguiente puerta y para mi suerte esta si se abrió.
Ingrese al cuarto, tenia un mobiliario antiguo, una cama en el centro, un tocador con luna de madera tallada con finos trazos junto a una de las paredes, un banquito se encontraba frente al tocador, y una ventana con cortinas viejas justo frente a la puerta, note que no había nadie y preferí salir lo más pronto posible de esa habitación, el silencio ensordecedor que había en ese cuarto era opresivo, salí al pasillo, estaba por cerrar la puerta cuando un fuerte ruido, como un golpe de algo que acababa de caer y luego un gruñido gutural, proveniente de detrás de mi en el pasillo me hizo volver y entonces lo vi...
Un lobo de tamaño descomunal, ¿cómo había llegado ahí?, no podía correr a las escaleras, el lobo me bloqueaba el paso, me quede paralizada, un pánico como nunca antes había sentido en mi vida se apodero de mi, lo peor era que ese lobo no era normal, su tamaño era inmenso, más alto que yo, y tenia unos dientes afilados enormes, en un hocico que escurría baba, se notaba que esta saboreando el olor que emanaba de mi, mi miedo lo estaba alimentando e incitándolo a devorarme, su pelaje era de tono pardo y de sus patas salían unas garras enormes, sabia que debía huir de él y de esa casa maldita.
Di un paso con cuidado atrás, con suma calma y delicadeza comencé a cerrar la puerta lentamente frente a mí, el lobo gruñía en advertencia y avanzaba poco a poco, cuando entendió que estaba cerrando, se lanzo hacia mi con rapidez, alcance a cerrar la puerta y la empuje con mi cuerpo para evitar que entrara en el cuarto, el lobo se estrellaba contra la puerta una y otra vez y sabia que la rompería pronto, busque con la mirada algo que me ayudara a detenerlo, trate de alcanzar el pequeño banco pero estaba bastante retirado, entonces un trozo de la puerta de madera se rompió y pude ver al lobo una vez más con su gran tamaño, comenzó a morder al rededor del hueco que había hecho y pronto logro meter la cabeza, yo seguía empujando la puerta agachada evitando su hocico y sus mordidas violentas, sentía mi pulso y mi sangre muy acelerados, sabia que moriría si no hacia algo por salir de ahí.
Me tire al piso y con las piernas detuve la puerta mientras sentía como el enorme animal seguía furioso golpeando, arañando y mordiendo la puerta, mientras yo trataba de alcanzar el banco con las manos, tras mucho esfuerzo lo alcance, lo avente contra el lobo que se mostraba ya bastante dentro a través de la puerta, le dio de lleno en la cabeza, soltó un aullido de dolor, saco la cabeza y oí que corría; jadeando y llena de miedo me levante con cuidado y poco a poco me asome por el agujero de la puerta, el lobo ya no esta, se había marchado.
Salí con mucho cuidado de ese cuarto, el silencio ensordecedor reino de nuevo en la casa, solo se oía el crujir de la madera bajo mis pasos, camine con mucho cuidado y baje uno a uno los escalones, sabía que ese animal debía seguir por ahí, y me preocupaba el chico, pero sabia que debía huir de ahí, con o sin él.
Llegue abajo, note unas manchas de baba en el suelo, sabía que el lobo había estado ahí, mi pulso se acelero de nuevo, en verdad no quería morir y mucho menos en ese lugar, lentamente me encamine a la puerta tratando de no hacer ruido, cuando un gruñido me informo que el lobo se encontraba en el rincón oscuro de la sala, lo vi salir poco a poco y la luz comenzó a mostrarlo, primero su nariz que se ensanchaba oliendo el aire que le llegaba cargado de mi miedo, luego su enorme hocico babeante y lleno de dientes afilados, se relamía con su lengua una y otra vez, luego su cabeza, su gigantesco cuerpo, hasta que quedo todo iluminado por la escaza luz de la luna llena que entraba por la triste ventana.
Entonces lo oí hablar, me dijo que había sido una tonta por seguirlo, yo no podía salir de mi asombro, muerta de miedo y sorprendida..., ese animal hablaba y pensé que era la pesadilla más alucinante que había tenido en mi vida, entonces giro la cabeza un poco a la izquierda y vi su ojo, eran de un verde intenso y cristalino, entonces los supe...
Ese lobo era el chico que había seguido hasta ahí, era un Hombre Lobo, nunca había creído en esas cosas sobrenaturales, pero ahí estaba frente a mi, no había duda, era real, y me iba a atacar, me fui haciendo para atrás y choque con la pared, el cuadro colgado sobre mi cayó a mi lado, brinque del susto y caí sentada junto a la pared, el Hombre Lobo, se movió con una velocidad sorprendente y quedo delante de mi, podía oler su apestoso aliento, jadeaba con la satisfacción de que pronto me comería, suplique por mi vida, le pedí no me comiera, él solo contesto que no me comería pero que mi vida era suya desde el principio, así que solo reclamaba mi presencia a su lado, no entendía lo que decía, de que diablos hablaba...
Busque con la mano algo que me ayudara, sentí un trozo de vidrio del cuadro que se había caído, lo tome con fuerza, sentí como me cortaba la mano y comenzaba a manar la sangre, el lobo la olfateo y mire como sus pupilas se dilataban de ansiedad, no lo pensé más, solo reaccione y encaje el vidrio entre sus patas en su pecho, el lobo en un acto reflejo logro morderme en el hombro.
Se desplomo junto a mi y comenzó a cambiar, su hocico se encogió y dio paso a una boca humana, su cabeza y cuerpo se desfiguraban entre crujidos y caída de pelo para dar paso a un cuerpo delgado pero musculoso, al final era el chico de los ojos verdes, tenia el vidrio encajado en el pecho y la sangre corría formando un charco al rededor de él, me miro y entonces lo recordé...
Supe que lo había visto antes, cuando solo eramos unos niños, mi madre mi había llevado a esa casa y había conocido a un hombre muy guapo y fornido, el niño estaba con él, tenían los mismos ojos verdes intensos eran padre e hijo, mi madre le había prometido que cuando yo creciera me lo explicaría todo, quienes eran ello y que yo tendría que decidir que quería hacer, yo le pregunte a mi madre cuando nos fuimos que quienes eran y ella me dijo que el señor que había visto era mi padre y el niño mi hermano pero que una maldición los mantenía lejos de nosotras, no pregunte más.
Mi madre había muerto un par de años antes en un accidente de auto y nunca me dijo nada más sobre ellos, un dolor intenso recorrió mi corazón, había matado a mi hermano...
Un mes después de lo sucedido, la maldición que había tenido lejos a mi padre y a mi hermano cayó sobre mi, ahora cada luna llena, la maldición se hace presente, la bestia se apodera de mi y la sed de sangre me domina, ¿aún piensas que soy una buena persona?...
Fin
Calificación de Hojas en Blanco: 9.9
Promedio de los Jueces: 9.3 (Finalista)
Interesante historia.
ResponderBorrarMucha suerte!
Me gustaria saber que opinaron de ella tantu tu Lu, como Alex.
ResponderBorrarSaludos.