domingo

Relato # 7

Amor Adolescente.

Evelyn uso rumbo a su casa como cada día después de clase. Por las mañanas le acercaba su padre para que no fuera sola a esas horas, pero como era mediodía, no había problemas. Se colocó los cascos y encendió su MP3.
Comenzó a sonar “Right Round” de Flo Rida. La había escuchado en la película “La cruda realidad” y desde aquel día la buscó para poder escucharla. Se imaginaba a algún chico y a ella en la discoteca bailándola muy juntos, tan cerca que podían sentir sus cuerpos aunque llevaran la ropa puesta… Evelyn estaba tan absorta fantaseando, que no se dio cuenta de que una baldosa del suelo estaba suelta. Se tropezó y perdió el equilibrio. Empezó a caer, cerró los ojos y puso las manos delante para protegerse de forma instintiva.
Pero… no le dolió, es más, había caído sobre alto blando. Eso era muy extraño. Abrió lentamente los ojos y no podía creer lo que estaba viendo. Delante de ella había un chico guapísimo. Por su aspecto se notaba que era más mayor que ella. Tenía el pelo castaño muy clarito. Y su cara era perfecta, como la de los modelos de la tele, con unos ojos azules, que le recordaron a los de su padre, solo que eran tan claritos que iluminarían una sala a oscuras.
-Eh… lo siento. –se disculpó ruborizándose.
-Tranquila. Vi que te tropezabas y quise evitarte un golpe. –contestó con una sonrisa que deslumbró a Evelyn.
El chico ayudó a Evelyn a levantarse. Había estado totalmente encima de aquel desconocido.
–Gracias por ayudarme. De verdad que lo siento.
-No te disculpes, un tropiezo lo puede tener cualquiera. –dijo alegremente. –Pero es que una chica como tú pudo hacerse daño.
Lo dijo con una voz tan sugerente que por unos segundos Evelyn se olvidó de cómo se respiraba.
–Eres… muy amable.
-¿Puedo saber tu nombre? –preguntó.
-Evelyn. –contestó tímidamente. -¿Y tú como te llamas?
-Kirian. –respondió con una sonrisa perfecta, como de anuncio de dentífrico.
Se quedaron unos segundos en silencio, pues sus miradas se habían conectado. Evelyn comenzó a sentir mariposas revoloteando en su estómago. Algo nuevo la estaba sucediendo…
-¿Qué escuchabas? –preguntó Kirian.
-Eh… pues tengo un poco de todo, pero cuando me he tropezado sonaba “Right round” de…
-Flo Rida. –terminó él la frase.
-¿Te gusta ese cantante? –preguntó. –A mi solo esta canción. Me gusta mucho.
-Como a mí. ¡Qué casualidad! –dijo él. –Oye, ¿quieres que vayamos a tomar algo y así charlamos un rato?
-Pues… la verdad es que me están esperando en casa para comer, que acabo de… salir de clase.
-¿Cuántos años tienes?
-Dentro de dos semanas hago dieciséis. –dijo retraída.
-Bonita edad. –contestó. –Yo tengo veintidós, cumplidos ayer mismo.
-Ah, pues… ¡felicidades! –dijo sonriente. –Bueno que… es que tengo que irme, si no mi madre se pondrá de los nervios.
-Te acompaño. –no era una pregunta, sino una afirmación.
Evelyn solo asintió dedicándole una tímida sonrisa. Por el camino estuvieron hablando de música, sus comidas favoritas. Lo cierto es que tenían muchas cosas en común. Casi sin darse cuenta llegaron a la calle donde vivía Evelyn, pararon en el edificio que estaba justo antes que el suyo.
–Bueno… es ahí delante.
-Vaya… se me ha hecho muy corto el camino.
-A mi también. –dijo sonrojándose.
-Déjame un momento tu móvil, por favor. –pidió él amablemente.
Ella no pudo resistirse, lo cogió del bolsillo de su ceñido vaquero, y se lo dio. Sus manos se rozaron y casi saltaron chispas entre ellos. Él estuvo toqueteando botones, mientras ella no dejaba de mirarle.
-Te he apuntado mi número en la agenda. Para que otro día que puedas, quedemos para tomar algo. –comentó él.
-Vale. –dijo ella. –Déjame el tuyo y te apunto mi número.
Otra vez sus manos se rozaron, en esa ocasión Evelyn hasta sintió un escalofrío que le recorrió toda la espalda. Después se lo devolvió con una sonrisa.
–Tengo que irme, pero en cuanto pueda, quedamos para tomarnos algo.
-Estaré esperando impaciente. –dijo con una voz muy sugerente.
Ella se dio la vuelta, pero antes de caminar, giró el rostro y le dedicó una sonrisa. Llegó a su casa sin poder ocultar su felicidad. Cuando entró en casa, no pudo ocultar su felicidad. Entonces le sonó el móvil, así que lo cogió y le sorprendió ver de quién era. Se quedó boquiabierta al leer el remitente. “Kirian”, se leía claramente en la pantalla. Se puso de los nervios, y las mariposas volvieron a revolotear en su estómago, y lo abrió para leerlo.
“Hola, he llegado a casa y no he parado de pensar en ti. Tengo muchas ganas de ir a tomar algo contigo y conocerte más. Me puse a escuchar Right round y me acordé de ti. Un beso preciosa”. Cuando leyó eso se sonrojó como nunca. Era la primera vez que le mandaban un mensaje de esa clase y estaba abrumada. Se sentó en el sofá pues todavía no daba crédito a lo que acababa de leer. Se puso a teclear los botones para responderle. Antes de mandarlo volvió a leerlo por si acaso. “Hola, ¿qué te parece el viernes por la tarde? Así podremos conocernos más. Un beso para mi salvador”. Le dio al botón de enviar con una sonrisa nerviosa.
El día de la cita ambos estaban nerviosos. Habían quedado en ir a comer cuando Evelyn saliera de clase el viernes. Kirian la esperaba junto a su coche con una amplia sonrisa. Se montaron en el coche sin decir nada y Kirian se puso a conducir. Unos cuantos minutos más tarde, llegaron a un pequeño restaurante italiano, el exterior era una preciosidad.
–Bastaba con cualquier sitio de comida rápida. –dijo ella al ver el lugar.
-No bastaba, además esto es más romántico y estaremos más tranquilos. –comentó bajándose del coche.
Ayudó a Evelyn a salir del coche, era todo un caballero y muy atento. Entraron dentro y pidieron la reserva que Kirian había hecho. Les llevaron a una de las mesas que estaba más apartada, así tendrían más intimidad. Fue una comida de lo más romántica e íntima. Después de la comida decidieron ir a un parque cercano. Se sentaron bajo la sombra de un árbol y estuvieron hablando. Pasado un rato, estaban ensimismados el uno con el otro… Kirian se acercó lentamente a ella, sujetó su rostro con las manos para besarla. Fue un beso tierno, cariñoso, muy dulce, que a Evelyn le supo como el más rico de los manjares.
Pero con ese beso, empezaron a llegar caricias por encima de la ropa. Ambos estaban empezando a sentir un fuego que comenzaba a encenderse, sobre todo Kirian. Intentó mantener la mente serena, ella tenía menos años que él y además estaban en un parque rodeados de gente.
Cuando se separaron un poco, ambos respiraban de forma más acelerada. Evelyn estaba sonrojada por la situación, nunca se había dejado llevar tanto con nadie. Pero dio otro beso a Kirian. Otro beso que sería el comienzo de su relación, una relación complicada pero que sería capaz de superar cualquier obstáculo…

(...)

Por María

5 comentarios:

  1. Una historia muy tierna.

    Mucha suerte, María!! Besos!!

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  2. Mira que me haz hecho seguirla toda!! exitos!!

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  3. Este es tierno, me gusta =)

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  4. Me enncantaa!
    Este relato me gustó mucho, está muy lograda la adaptación =)

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