Técnicamente escogí: El osito de peluche. Pero pude decirse que lo transforme para que tomara la forma que yo quería, pero sigue siendo eso... Un osito de peluche.
Así que... Aquí les dejo mi pequeño relato.
Para ti, Minnie.
Por los años en los que me has acompañado como la amiga más fiel.
Siempre Allí.
A veces suelo recordar como
cuando apenas tenía cinco años y nos perdimos en aquel cafetal mientras sus
delicados brazos me rodearon y sus saladas lagrimas empaparon el moño que
adornaba mi cabeza. Aún después de 10 años me embarga la sensación de querer
abrazarla con fuerza mientras intento llenarla con mi presencia como otras
veces lo he terminado haciendo. Pero no pude hacerlo ese día, yo estaba tan
asustada como ella y mis costuras comenzaron a temblar mientras ella se
acurrucaba conmigo en un rincón y gritaba por su mamá y su papá con la voz
rota.
Fue la primera vez que
falle en mi papel de ayudarla pero no el de acompañarla… Mi lugar siempre ha
sido el mismo, sobre la colcha color rosa y entre la almohada y la oveja de
pelaje blanco como la nieve que olisquea todo lo que puede. Durante muchos años
no me he movido de mi sitio a menos que ella me lleve en brazos y me cuente con
una sonrisa todo aquello que la hace feliz y con los ojos brillantes todo
aquello que la hace sentir un poco miserable. Soy a fin de cuentas la primera y
la última de una larga lista de amigos que han pasado por sus manos… Un papel
especial en la vida de una niña que ya no es tan niña.
Más nunca he renegado de mi
lugar, de mi capacidad de aguantar todo por ella ni el que algunas veces
hubiera sido relegada por alguno de color extravagante y pelaje suave que ella
abraza hasta el cansancio. Mis manos enguantadas siempre han estado abiertas
para cuando ella necesite de tenerme, para cuando simplemente le nazca
acompañarme con antes… Como cuando aún tenía diez años y corría por su cuarto
tras su pequeño hermano que me llevaba de la oreja riendo con tono estridente,
como cuando con un brazo me acercaba a su pecho en las noches y me daba un beso
en la punta de mi negra nariz. Incluso cuando se sentaba conmigo a ver esa
película de un ratón y una ratona que extrañamente se parecía y se llamaba como
yo.
Diez años… Ahora tengo casi
dieciséis años desde que unieron mi cuerpo con resistentes costuras de hilo
negro y me vistieron con aquel pequeño traje rosa y lunares blancos. Desde que
me pusieron a su lado en la pequeña cuna cuando ella no tenía ni siquiera un
día de poder respirar y desde entonces nunca la he dejado.
Pero ella a mi si, supongo
que es porque ha crecido, porque ya no necesita que este ahí para ella todo el
tiempo como cuando de niña tenia pesadillas. Simplemente ya es lo suficientemente
capaz de cuidarse, de apartar sus miedos y debilidades, de entender el mundo al
que nunca salimos juntas y de dejar atrás su propia niñez. Ojala entonces, yo
pudiera decir lo mismo pero me resulta innecesario; y extremadamente doloroso;
tener que pensar de alguna forma a que ha llegado la hora de decir adiós a
quien durante años y desde siempre ha sido mi mejor amiga, a quien vi crecer,
reír, llorar y soñar con un mundo de fantasía que comienza a experimentar.
Escucho el chirrido de la
puerta mientras tus pasos delicados se cuelan por el frio piso de tu
habitación, la música rock que sale de tu celular retumba en las paredes y a mi
lado la pequeña oveja que ha sido mi compañera salta del estremecimiento. Tus
botas terminan en algún rincón de la habitación que mis ojos no alcanzan a
detallar y tu cuerpo hace ceder el colchón cuando te acuestas en él.
Y entonces la sorpresa
parece inundar el algodón que compone mi cuerpo al sentir tus brazos jalarme
hacia tu pecho mientras tus labios depositan un beso sobre mi frente de color
negro. Una sonrisa inunda tu rostro mientras me sostienes con ambas manos ahora
frente a tu rostro radiante y no puedo evitar pensarlo… A regresado a mi la
niña de cinco años que lloro cuando nos perdimos en aquel cafetal, han traído
de vuelta a la niña que corriendo conmigo en brazos se choco con la puerta de
cristal y se corto su pequeño pie derecho. Y al mismo tiempo me pregunto: ¿En
que momento te fuiste?
.- ¿Sabes algo, Minnie? –
Retumba tu voz mientras tus ojos brillan observándome, el mismo resplandor de
años atrás – Eres mi mejor amiga – ríes y me abrazas…
Y fallo de nuevo, porque no
puedo abrazarte como quisiera hacerlo, no puedo brindarte mi compañía en calor
y amor. Pero tú lo sabes, ¿no es así? A pesar de los años (sean estos diez,
veinte o incluso cincuenta años más), de las caídas y las lágrimas que derrames
por tu camino, de los amores y los amigos que lleguen y se vayan. Aquí, en el
mismo lugar de siempre, sobre la colcha ahora color verde y entre la almohada y
la pequeña oveja de pelaje siempre blanco… Vas a encontrarme, como el primer
día cuando estuvimos juntas y abandone los estantes de una tienda para
acompañarte en tu cuna, como cuando tenías cinco y te perdiste conmigo, como
cuando tenías diez y me llevaste en secreto a tu clase para darte coraje (La última vez que me levantaste de la cama)…
Siempre, siempre voy a
estar ahí.
(...)
Aclaración:
Cualquier parecido con mi vida, la realidad o Toy Story es mera coincidencia.
Canción base
Vídeo extra (Muy, muy triste pero hermoso)
¿Y que me dicen?
Acepto cualquier comentario, criticas, recomendaciones, sugerencias y demás. =)
Aunque sinceramente espero les haya gustado leerlo tanto a como a mi me gusto escribirlo.
Un beso
Lu (y Minnie)
¡Ay lloré! =( no porque esté mal escrito...Sino porque está cargado de nostalgia =) Me ha encantado y en cuanto a comentarios para mejorar... Una que otra tilde que omitiste...Pero del resto...Genial!
ResponderBorrarAinsss... qué tierno, qué dulce, qué bonito... joo, que la lista es larga:D
ResponderBorrarTe quedó precioso, Lu, de verdad que sí^^
Y, desde el cariño siempre, lo mismo digo que Emma, una que otra tilde te faltó y también sobró por el texto. Pero seguro lo repasas y listo:D
Kissess
Realmente muy tierno, siempre estarán allí tengas la edad que tengas!!
ResponderBorrarUn gusto leerte!!
¡es genial! ¡me ha conmovido muy hondo! ¡muchas gracias por compartir tan hermoso relato! :)
ResponderBorrarMe encantó. Por ahí, se ha derramado alguna lágrima al leerlo, Lu. Me ha emocionado.
ResponderBorrarBesos.
Pues siempre hemos tenido algún muñeco o muñeca que nos acompañen en nuestras solitarias noches, aún una vieja, como yo.
ResponderBorrarAñoranzas trajiste a mi memoria.
Gracias : Doña Ku
es muy tierno, me ha gustado
ResponderBorrarMuy lindo, y muy triste recuerdo que d epequeño tenia un conejito y una ardilla (aun los guardo) a los que siempre he querido
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